BAJA
la luna su frialdad callada
hasta
el cóncavo amor del valle entero.
Es
un remanso mudo y sin sendero
el
viento de la tierra desvelada.
Un
corazón que vela, una mirada
que
la vigilia avanza, un frío acero
que
la mano atenaza, y un primero
adelantar
el sueño hacia la nada.
Noche
de luna, noche centinela
sin
más amor que tú, luna insensible,
sin
otro fiel amor, mi carne vela.
Vela
mi carne un sueño, que imposible
ya
no tiene otro amor, y se desvela,
amarrado,
sin nadie, incomprensible.